Aceite esencial de árbol té. Anti Acné y desodorante natural –pero con precaución– aunque te servirá para neutralizar ese incómodo visitante que es el mal olor en las axilas, tienes que aplicar el aceite de árbol de té en la zona con cautela. Bastará que diluyas dos o tres gotas en agua, sumerjas un algodón en la mezcla y luego la apliques sobre la piel. Debes seguir los mismos pasos para reducir la apariencia de los granos inoportunos. No obstante, ten en cuenta siempre las instrucciones del fabricante y consulta en tu farmacia o herbolario si tienes dudas sobre los pasos a seguir en la aplicación. Te ayudará a matar piojos: deshacerse de estos insectos que suelen asaltar las cabezas de los pequeños se puede convertir en una auténtica cruzada del desierto para los padres. Añadir una o dos gotas de aceite de árbol de té al champú o al suavizante y dejar actuar durante unos minutos puede prevenir la infestación por piojos y funcionar como coadyuvante en el tratamiento habitual.
Aceite esencial de lavanda. Para quedarse frito: a tu lista de trucos para dormir bien y evitar el insomnio, puedes sumar este paso. El aceite esencial de lavanda se ha usado tradicionalmente como un sedante y calmante natural para aliviar los problemas de sueño y estrés. Puedes inhalarlo y realizar respiraciones como si se tratara de una breve meditación o bien incorporar unas gotas en tu almohada. Contra la jaqueca: las cefaleas tensionales en forma de migraña pueden ser incapacitantes y las terapias naturales son un recurso para mitigarlas. Una solución de aceite de oliva mezclado con aceite esencial de lavanda, aplicado con un suave masaje en la cabeza, puede contribuir a suavizar el dolor.
Aceite esencial de limón. Para heridas, verrugas y como antifúngico: se le atribuye un efecto reparador y cicatrizante, por este motivo está indicado en el tratamiento de diversos problemas de la piel. Como limpiador y ambientador en casa: su fragancia fresca y efecto desinfectante lo convierte en una alternativa natural para usar en las tareas domésticas. Solo necesitarás diluir unas gotas de aceite esencial en agua, en una mezcla de limpiador hecho en casa o en aceite base, por ejemplo de almendras. También puedes preparar un spray con el que quitar el polvo a los objetos de tu casa. 4/10
Aceite esencial de romero. Para un masaje calmante: si sufres de dolor de espalda, el aceite esencial de romero –uno de los más usados y económicos en aromaterapia– te resultará de ayuda. Combinado con aceite de oliva, te servirá para aliviar las molestias en la zona de la espalda. También puedes usarlo para los problemas de circulación, aplicándolo con masajes en dirección ascendente en las piernas. Rebaja la fatiga mental: históricamente, se ha relacionado su uso con una acción energizante y como potenciador de la concentración. Puedes probar si estos beneficios son reales realizando inhalaciones a primera hora de la mañana.
Aceite esencial de sándalo. Fortalece el cabello y suaviza la piel: con un aroma potente y es uno de los preferidos por los yoguis en el Yoga. Además, se utiliza como remedio natural para fortalecer el cabello muy fino y quebradizo. Con fines cosméticos, también puede añadirse –recuerda, siempre en pequeñas cantidades– a fórmulas para hidratar las pieles secas. El baño más relajante: tener tiempo para una misma es tan necesario como provechoso. Y darse un baño, uno de los mejores caprichos para deleitarse. Si añades unas gotas de aceite esencial de sándalo a tu bañera, te envolverá una fragancia tan reconfortante como vigorosa.
Aceite esencial de manzanilla. Un aliado para las deportistas: Si bien los antiguos egipcios lo usaban como remedio para curar fiebres, en la actualidad se suele emplear para masajes tras una actividad deportiva exigente, dado que tiene propiedades antiinflamatorias. Por lo tanto, también acertaremos si lo usamos para calmar irritaciones en la piel. E incluso si sufrimos dolor de estómago, unas friegas en el abdomen nos ayudarán. Aunque no suele comportar efectos secundarios, es recomendable diluirlo antes en un aceite “portador”, como el de almendra dulce. Calmante: Aparte de su uso tópico, el aceite de manzanilla también se puede introducir en difusores específicos para aceites (no en quemadores, porque desperdiciaríamos sus propiedades), porque su aroma dulce y herbáceo ayuda a conciliar el sueño. Nos relajará además tras un día estresante, si nos sentimos irritados. Por este motivo, este aceite también se recomienda para personas con Trastornos de Ansiedad Generalizada.
Aceite esencial de caléndula clave para tu piel: Cabe decir que los griegos y los egipcios consideraban a la caléndula una planta “milagrosa”. Tal vez no podamos decir tanto hoy en día, pero lo que sí es cierto es que, gracias a sus propiedades antibacterianas, el aceite esencial de caléndula nos puede ayudar a tener una piel más sana y a combatir el acné, por ejemplo. También se puedes usar cada noche como limpiador facial y para quitar el maquillaje. Además, es un potente fungicida natural, que se emplea para tratar los casos de micosis. Piel suave: El aceite esencial de caléndula también ayuda a generar colágeno y su efecto calmante es muy destacable, especialmente para las quemaduras provocadas por la luz solar. Si se te agrieta la piel de las manos por culpa del frío, prueba a aplicarte este aceite esencial.
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