Existen varios factores por los que la cuperosis podría aparecer en tu vida. Descubre cómo prevenirla o cuidarla en caso de que ya haya aparecido.
EXISTEN VARIOS FACTORES POR LOS QUE LA CUPEROSIS PODRÍA APARECER EN TU VIDA. DESCUBRE CÓMO PREVENIRLA O CUIDARLA EN CASO DE QUE YA HAYA APARECIDO.
La cuperosis es una afección dermatológica que se caracteriza por la aparición en la cara de rojeces, irritaciones y pequeños capilares dilatados en forma de filamentos.
Las rojeces faciales son normales en algunos momentos, sobre todo debido al frío durante el invierno; pero cuando estas se convierten en algo más o menos permanente y van aumentando, es cuando hablamos de cuperosis.
Si una piel con cuperosis no se cuida, ni se trata adecuadamente, puede desembocar con el tiempo en una rosácea.
En verano están presentes una serie de factores que pueden empeorar el estado de tu piel atópica y dar lugar a la aparición de un brote de dermatitis. Algunos de estos factores son:
El sol
La radiación solar produce diferentes efectos sobre la piel atópica, algunos beneficiosos y otros perjudiciales, y por eso no todas las pieles reaccionan igual al sol. En algunos casos una exposición solar controlada puede suponer una mejoría, pero en muchos otros la sequedad y el efecto irritante de los rayos solares pueden dar lugar a la aparición de un brote.
El calor
El calor y el sudor producen un efecto irritante en la piel de las personas con dermatitis atópica. Además las altas temperaturas causan una mayor sequedad en la piel, incrementando el picor y el rascado.
Los efectos del aire acondicionado
El abuso del aire acondicionado seca el ambiente, aumentando la tendencia a la sequedad en la piel. También afectan a la piel los cambios bruscos de temperatura que pueden darse al pasar del calor de la calle al fresco de los lugares con aire acondicionado.
Los baños prolongados
El contacto prolongado con el agua también resulta una fuente de irritación para las pieles con dermatitis atópica. Además, es habitual que tras estos baños, no se aplique una crema o loción hidratante adecuada, como sería lo aconsejable.
El cloro
El cloro de las piscinas es un agente externo altamente irritante para las pieles delicadas, por lo que es recomendable un aclarado en la ducha tras el baño en la piscina.
La arena
La arena de la playa produce fricción sobre la piel, pudiendo irritarla y ser el origen de un brote.
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