La presentación de una enfermedad en un anciano no es la típica, sino que son atípicas. También lo es en el coronavirus, que no presenta los signos clínicos típicos que en adultos jóvenes. Eso hace que nos retrasemos en el diagnóstico, no porque lo hagamos mal, sino porque es muy silente esta enfermedad y debuta en un estadio muy avanzado», ha explicado.
La presidenta del colectivo de médicos que trabajan en geriátricos también ha indicado que el coronavirus genera alto nivel de ansiedad en personas cognitivamente bien, ya que lo ven en los medios, «lo somatizan, piensan que tienen síntomas y les hace más vulnerables». En ancianos con demencias, la situación actual se complica porque no entiende que no pueden deambular por el centro ni compartir espacio con otras personas, lo que repercute negativamente en su salid y «agrava los cuadros».
Además, las terapias y ejercicios se realizan en zonas comunes, por lo que ahora las han tenido que suspender, lo que agrava las patologías físicas y mentales de los residentes, «y les hace más vulnerables a su vez».